miércoles, 2 de noviembre de 2011

EL GORRIONCITO Y YO

El gorrioncito que dormía en mi ventana se escapo,
Llevo sus plumas
con brillo opaco a otro lugar.
Plazas o veredas
que serán escenarios perdidos
en  la juventud potencial.
Se llevo su olor
de marihuana en flor
y de pequeñas y viejas anécdotas
que al volver al presente
se corporizan erizándonos la piel.
Del gorrioncito cuide
su inocencia eterna,
su encendida sorpresa.
Su andar libre,
herido, rengo, semi muerto
pero libre.
Cuide su canto,
el delicado silbido que acaricia el silencio.
 Su tímida forma de estar en el mundo.
El gorrioncito se fue de mi ventana,
desplegó sus plumas de opaco brillo,
y se fue.

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