Se duerme en silencio,
va dejando cada pedacito de vida
con cada último respiro.
De golpe despierta,
sus ojos aparecen,
se vuelven inmensos en su pequeñez.
Si pudiera hablar;
las palabras las fue dejando
como esos pedacitos de vida,
cada vez que suelta el aire.
Así,
los requechos de lo que se es,
de lo que se fue,
son pasajeros en el espacio de una habitación sin ventanas.
Dibujan recuerdos
Dibujan recuerdos
y perfuman el ambiente
con fragancias de otros tiempos
con fragancias de otros tiempos
y humedad.
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